
Entrevista a Josu Yarritu y Urtzi Villacian de 2cyBikes
¿Cómo nació la idea de 2cyBikes? ¿Hubo un momento “eureka”?
La chispa surgió en una de esas charlas entre amigos que empiezan en tono de broma: “¿Y si se pudiera hacer una bicicleta eléctrica aún más sostenible?”. Empezamos a darle vueltas y vimos que nuestras experiencias personales y profesionales encajaban perfectamente con las necesidades del proyecto. Todo parecía alineado, así que lo interpretamos como una señal para lanzarnos a esta aventura.
Cada uno aportaba algo diferente: experiencia en mecánica de bicicletas, conocimientos en baterías y gestión empresarial. Así nació 2cyBikes, casi como una “idea feliz” que se transformó en una propuesta real: reacondicionar bicicletas en desuso, electrificarlas y crear algo útil, accesible y de bajo impacto ambiental.
¿Qué os motivó a emprender en el sector de la movilidad?
Veíamos cómo crecía el uso de la bicicleta eléctrica, especialmente en entornos urbanos, convirtiéndose en una opción viable para todas las edades, condiciones físicas y trayectos. Como usuarios, siempre habíamos optado por arreglar nuestras bicis de toda la vida o apostar por bicicletas de segunda mano. Ambas ideas se unieron y nos planteamos el reto de aportar algo diferente.
La bici eléctrica ya es un medio sostenible, pero nosotros queríamos duplicar ese impacto positivo fabricando bicicletas con componentes de segunda vida y, además, hacerlo todo de forma local, lo que por definición también es más sostenible.
¿Cómo está formado vuestro equipo y qué os complementa como grupo?
Somos dos personas con perfiles muy distintos, pero totalmente complementarios. Uno es un apasionado de la bicicleta, con conocimientos técnicos y de mantenimiento; el otro aporta la visión de gestión y negocio. Además, contamos desde el inicio con el apoyo de un tercer perfil con amplia experiencia en baterías, que nos ha asesorado a lo largo del camino. Esa diversidad nos ha permitido cubrir gran parte de las necesidades del proyecto internamente.
¿Cuál ha sido el mayor reto al que os habéis enfrentado hasta ahora? ¿Y el mayor aprendizaje?
El mayor reto ha sido gestionar los tiempos del proyecto y compaginarlos con nuestras propias rutinas. Por ahora, es un “extra emprendimiento” que desarrollamos al terminar nuestras jornadas laborales, y muchas veces se hace cuesta arriba. Esa sensación de que todo va más lento de lo que te gustaría ha sido constante.
Pero precisamente eso nos ha enseñado a ser pacientes y perseverantes. El mayor aprendizaje ha sido que no basta con tener una buena idea: hay que saber aterrizarla, probarla, adaptarla… y, sobre todo, no perder de vista el propósito que te llevó a empezar.
¿Dónde os gustaría estar dentro de un año? ¿Y dentro de cinco?
En un año, esperamos haber consolidado la venta de nuestras primeras 2cy [bizi] reacondicionadas y electrificadas, y que el concepto esté bien posicionado como alternativa sostenible real.
A cinco años, nos gustaría tener en marcha la producción de bicicletas con baterías de segunda vida y abrir el proyecto a nuevas personas que compartan nuestros valores. Nos imaginamos un taller lleno de energía —eléctrica y humana— fabricando localmente bicicletas que cambian la ciudad.
¿Qué no ve la gente detrás de montar una startup y debería saber?
A menudo solo se ve el resultado: una idea bonita, una bici atractiva, un premio. Pero detrás hay muchas horas, dudas, errores, y días en los que te preguntas si todo esto merece la pena.
Por suerte —y este es uno de nuestros mayores aprendizajes— hay muchísima gente, agentes e instituciones dispuestas a ayudarte, aconsejarte y darte ese empujón que necesitas en los momentos clave para seguir adelante.
¿Cómo conciliáis el emprendimiento con la vida personal? ¿Alguna rutina, hábito o “truco” que os ayude a mantener el equilibrio?
No tenemos una fórmula mágica, pero intentamos no perder de vista una máxima que establecimos desde el principio: el proyecto surgió entre amigos y debe seguir siendo algo que nos divierta y nos motive.
Obviamente, hay momentos difíciles, pero casi siempre conseguimos sacarles un aprendizaje. Eso nos permite seguir disfrutando del camino cada día.
¿Alguna anécdota o momento inolvidable desde que empezasteis con 2cyBikes?
Tuvimos un par de semanas que fueron una auténtica locura en cuanto a difusión. Sin buscarlo activamente, en una sola semana presentamos el proyecto en directo en una de las radios con mayor audiencia de Euskadi, y además salimos en la contraportada de uno de los principales diarios.
Todo esto cuando el proyecto aún estaba dando sus primeros pasos y nosotros sentíamos que todo iba más lento de lo deseado. Fue una mezcla de orgullo, motivación… y un poco de “síndrome del impostor” y cierta presión extra.
Ronda de preguntas rápidas
- ¿Películas sobre emprendimiento que recomendéis?
Buff… aquí es donde se nos nota que somos padres y hace mucho que hemos perdido la capacidad de decidir qué película ver, y cuando vamos al cine es de acompañante. Nos viene a la cabeza Tadeo Jones… ¡que oye, tampoco está mal! Al final es un tipo que se reinventa, se lanza a la aventura sin red, con un punto de inconsciencia, y resuelve marrones con creatividad. Vamos, ¡un emprendedor de libro con casco de obra! - Marca/empresa que os inspira
Tuvimos la oportunidad de escuchar al fundador de SkunkFunk el año pasado, y desde entonces lo tenemos como referencia. Es un buen ejemplo de que es posible desarrollar negocios de forma diferente, desde la sostenibilidad y la ética. - ¿Frase que más os motiva en vuestro trabajo?
«Cada pedalada cuenta.»
Muchas veces, el tiempo es nuestro recurso más escaso. Pero por pequeño que sea lo que hagamos, sabemos que sirve para avanzar. - Si pudierais tener una reunión con algún personaje de la historia, ¿con quién sería?
Seguro que podríamos aprender más de un truco del fundador de HONDA, Soichiro Honda. Empezó adaptando motores —en su caso de gasolina— a bicicletas, hasta crear lo que hoy es HONDA… al menos en los inicios coincidimos… - ¿Si volvierais al pasado, emprenderíais otra vez?
Sin duda. Sea cual sea el resultado futuro del proyecto, estamos seguros de que el proceso habrá merecido la pena.
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